Inmigración y delincuencia en España

KIKO MARTINEZ Y MUJERES, HOMBRES Y VICEVERSA

Lo normal es que usted no sepa quién es Kiko Martínez. Para aclararlo mejor, le diremos que es el actual campeón mundial del peso supergallo. Es decir, un boxeador. Y eso automáticamente le convierte en un proscrito en este país llamado España hasta el punto de que existe una ley que prohibía la retransmisión de su combate de ayer en abierto. Vamos a explicarlo.


La legislación española considera que desde las 6 de la mañana hasta las 22 horas -vaya horario, por cierto- hay que proteger a los niños. Y por eso mismo no es legal emitir ningún combate de boxeo. Esa violencia no es buena para la infancia. Así que el combate de Kiko Martínez contra Hozumi Hasegawa no pudo ser visto en España. Sí fue retransmitido en Japón, donde hubo 14.000 espectadores empujando al boxeador japonés en un estadio lleno a rebosar. No fueron suficientes. Kiko Martínez acabó ganando por KO en el séptimo asalto y firmó con éxito su segunda defensa del título.


Lo más curioso de la legislación española es que prohíbe por completo el boxeo y aplaude con las manos abiertas programas como Mujeres, Hombres y Viceversa, un espectáculo conocido en muchos hogares como Chonis, Ciclados y Chusma Variada. El programa de Tele 5 representa muchos de los males de la juventud española, con personajes preocupados por el espejo y no por el cerebro, con individuos obsesionados con su peso, con el tamaño de sus músculos -y apéndices varios- y con el brillo de su pelo, pero incapaces de ofrecer una frase con un sujeto, un verbo y un predicado en la que no haya insultos, tacos o expresiones absolutamente machistas. Y lo peor de todo es que son ofrecidos como modelo social a una generación en la que crecen los “ninis” que ni estudian ni trabajan, pero que sueñan con formar parte de ese particular zoo repleto de monstruos sin ningún oficio pero con el beneficio de la popularidad gratuita.

Y ojo: no pedimos que se suspenda Mujeres, hombres y viceversa. Cada televisión es libre de emitir lo que quiera. Y los espectadores son libres de verlo o no verlo. Del mismo modo, los padres son responsables de controlar y supervisar lo que sus hijos ven en la televisión. Por eso no tiene sentido que Ciclados, chonis y chusma variada lleve años en la parrilla televisiva y que no podamos ver un combate de boxeo.

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