Inmigración y delincuencia en España

LA TRANSICIÓN COMO JAMÁS TE LA HAN CONTADO



ESTA CONFERENCIA ESTA DEDICADA A TODOS LOS PATRIOTAS QUE SE DEJARON SU FUTURO, SU LIBERTAD E INCLUSO SU VIDA ENTRE LOS AÑOS 1975 Y 1981. LOS AÑOS DE LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA Y QUE NOSOTROS CONOCEMOS COMO LOS AÑOS DE PLOMO.

Como es habitual en la organización en la que estoy encuadrado; antes de dar comienzo a mi exposición, desde la humildad de nuestra posición pero con la contundencia de la razón; porque defender tu vida no es delito, EXIGIMOS libertad para Josué Estébanez, en prisión sin ningún género de dudas como consecuencia de su ideología política y no de los desafortunados sucesos en los que se vio envuelto.

JOSUÉ LIBERTAD.

Esta conferencia se titula, “La transición como jamás te la han contado “. Y el título resultará al final  rigurosamente cierto porque a diferencia de lo que hayáis podido ver, oír o leer hasta aquí, nosotros no vamos a clavar en la puerta de una catedral ningún dogma de fe. Ni vamos a sentar cátedra. Nosotros tan solo vamos a poner datos objetivos sobre la mesa, datos empíricos como diría un político. Datos objetivos sobre la mesa decía, y cada cual extraerá las conclusiones que su intelecto decida. Tan solo recordar un dato fundamental: las casualidades no existen en política.

Un hombre, un voto.

Permítanme que me ría…

¿Alguien presente en la sala sería capaz de afirmar que vive en un estado democrático?

¿Alguien es capaz de explicarme por qué en este sistema partitocrático el voto de un señor de Tarrasa vale más que el de un señor de Andújar?

¿Alguien es capaz de explicarme sin sonrojarse por qué el País Vasco es más reconocido históricamente - según nuestra flamante constitución -  que regiones que tanto han aportado a España como Castilla, Asturias o Aragón, por poner un ejemplo?

Es más, alguien puede decirme cuándo le han consultado en cuestiones tan importantes como: si usted desea un estado multicultural o prefiere mantener intactas sus raíces. O si le parece a usted bien que con su dinero se rescate a entidades privadas - léase banca -  de una gestión tan nefasta como sospechosa de delito. Les han preguntado si quieren 17 miniestados dentro del estado Español todos y cada uno compitiendo entre sí y repletos de cargos, edificios y coches oficiales y demás mamandurrias?. Acaso alguna vez se han dirigido a ustedes para consultarles si les parece bien que con sus impuestos se financie la birria del cine español o la integración de la mujer musulmana en el mercado laboral.

¿Les han preguntado si el estado de derecho debe pactar con terroristas?

¿Verdad que no?. Ustedes nunca han decidido si querían que el soldado español muriera en Afganistán, ustedes solo pueden decidir cada 4 años entre el señor de la chaqueta azul o el señor de la chaqueta marrón.

Pues bien, toda esta pantomima a la que llaman alegremente democracia no salió de la nada, no apareció como por arte de magia, no la trajo Juan Tamarit. El sistema actual no se puede comprender sin una aproximación, aunque sea somera a la   “modélica“ transición.

Pero antes de sumergirnos - y digo bien, sumergirnos – en ella, sería oportuno dar unos brevísimos apuntes del franquismo, pues no olvidemos que se trata de su estado original.

FRANQUISMO

No hace muchas lunas tuve la oportunidad de asistir a una brillante conferencia – como todas las suyas – del gran Pedro Varela. Tuve que pellizcarme para comprobar que no estaba soñando pues Pedro afirmó, sin sonrojo, que la etapa de Franco era lo más próximo a un régimen nacional y socialista que jamás había estado España.

 Argumentado, como siempre en Pedro, pues no es dado a afirmaciones “sui generis“ y admitiendo - por mucho que moleste a los puristas -  que no le faltaba razón; lo que más me llamó a la reflexión y quiero hoy destacar, no son las palabras de Pedro, sino el hecho de que, a día de hoy y sorprendentemente, los que jamás fuimos franquistas somos los únicos que no tenemos pelos en la lengua para hablar con claridad de lo que aquel régimen hizo por su pueblo. Nunca, en la larga historia de nuestra patria (recordemos, la nación más antigua del viejo continente) el trabajador estuvo más protegido, nuestra industria más respaldada, el futuro más asegurado y la unidad y la soberanía más garantizada. Jamás.

Recientemente, la liberal Esperanza Aguirre declaraba, en defensa de la vergonzosa reforma laboral que su partido ha acometido, “ya era hora de acabar con las leyes franquistas en materia laboral “. Vaya que si lo han hecho. Por ejemplo, en materia de indemnización por despido, hemos pasado de 45 días por año trabajado a 20.

Por hacerlo corto:

En julio del 36, una parte de España que no se resignaba a morir asesinada a manos de la otra mitad se reveló. Y puesta en pie, se aprestó a vender cara su piel.

Que no os cuenten milongas. No fue la reacción, ni la “nobleza “ que ya había puesto tierra de por medio, ni la oligarquía, ni siquiera el ejército (la mayor parte de los mandos se mantuvieron fieles al gobierno, solo la oficialidad fue mayoritariamente “golpista“);  sencillamente fue autodefensa.

No tenían ninguna posibilidad (como así recoge Prieto en sus memorias), el dinero, la industria –mención especial la armamentística– y las grandes ciudades quedaron en manos del Frente Popular.

 No tenían nada a su favor, salvo corazón.

 Y la razón.

La razón, al final de la conferencia volveremos sobre ella.

Franco no fue el cerebro del alzamiento -seguramente nunca quiso serlo-, solo se sumó tras el asesinato de Calvo Sotelo cometido por el gobierno, cuando comprendió que el enfrentamiento era inevitable.

Las circunstancias y su talento militar, le pusieron al frente del movimiento. Franco era militar y católico y estas dos características fueron su referente durante todo su mandato.

Vale, pero…  ¿y qué fue de la Falange?.

Como siempre, la política internacional condicionó la propia.

Tras la derrota del Eje, el movimiento fascista español, Fe de las Jons, poco tenía ya que decir, aunque sobrevivió con cierta pureza varios lustros. Pese a todo, Franco le cedió dos parcelas fundamentales: la social y la de juventud. Magníficamente instrumentalizada la primera y “desaparecida en combate“,  la segunda.

Artífice de los grandes avances sociales del régimen con  Arrese o Girón , se creó la seguridad social, el seguro de desempleo, las mutualidades, las universidades laborales, la vivienda protegida… los Falangistas cumplieron dentro de lo que la historia les consintió - digan lo que digan los tontos -, no pudo hacerse más: habíamos perdido la última guerra europea.

Franco fue una persona que gobernó casi 40 años y murió sin mayor fortuna que la de su pueblo, que pronto le olvidaría, próspero y en paz consigo mismo.

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