La banalización del consumo de drogas llevada a cabo por los medios de comunicación [voceros de la ideología dominante] es la “medicina” que el sistema suministra a sus peones para atrofiar sus mentes e impedir cualquier atisbo de reacción individual y colectiva, que pueda plantearse la necesidad de un cambio en las estructuras de un sistema que nos utiliza en beneficio de la oligarquía dominante.
Bajo mi punto de vista, todo consumo irracional es negativo por definición para el ser humano, pues a través del él se niega nuestra misma esencia, la capacidad de raciocinio. Más aun si cabe, este será negativo cuando sus consecuencias conlleven la enajenación del consumidor.
Por lo tanto el consumo de drogas con fines lúdicos, luego carente de racionalidad, es en mi opinión la variante más peligrosa de cuantas dispone el capital y es así debido a que mediante ella, éste logra no solo retroalimentarse sino perpetuarse.
Se retroalimenta económicamente con los enormes beneficios que este consumo le reporta.
Por todos es sabido que el negocio de la droga es uno de los pilares fundamentales de la economía mundial junto con la trata de blancas y la venta de armamento.
Se perpetúa ideológicamente, “construyendo” individuos enfermos de mentes vacías, adictos a tal o cual droga, sin mecanismos de defensa frente a un bombardeo mediático constante que ofrece como única vía legitima para alcanzar la felicidad, el consumo. Se trata por tanto de crear consumidores crónicos en el amplio sentido de la palabra.
Sin embargo aunque el Capital requiera individuos mentalmente inutilizados, necesita que éstos sean capaces de producir. Así podemos observar como con el tiempo el consumo de drogas ha variado hacia sustancias igualmente adictivas y enajenantes pero que no alteran tan drásticamente la capacidad productiva del consumidor.
De este modo podría explicarse que el consumo de heroína haya experimentado un notable descenso frente a un vertiginoso ascenso en el consumo de cocaína.
Por lo tanto, la promoción del consumo de drogas que de manera encubierta [a veces no tanto] llevan a cabo los medios de comunicación a través de series de televisión, programas de máxima audiencia, etc. no es sino uno más de los mecanismos desarrollados por el sistema, al igual que la promoción de la multiculturalidad y por ende la destrucción de toda identidad, a través de los cuales se pretende crear e imponer una nueva sociedad globalizada carente de toda espiritualidad, basada en el consumo.
Bajo mi punto de vista, todo consumo irracional es negativo por definición para el ser humano, pues a través del él se niega nuestra misma esencia, la capacidad de raciocinio. Más aun si cabe, este será negativo cuando sus consecuencias conlleven la enajenación del consumidor.
Por lo tanto el consumo de drogas con fines lúdicos, luego carente de racionalidad, es en mi opinión la variante más peligrosa de cuantas dispone el capital y es así debido a que mediante ella, éste logra no solo retroalimentarse sino perpetuarse.
Se retroalimenta económicamente con los enormes beneficios que este consumo le reporta.
Por todos es sabido que el negocio de la droga es uno de los pilares fundamentales de la economía mundial junto con la trata de blancas y la venta de armamento.
Se perpetúa ideológicamente, “construyendo” individuos enfermos de mentes vacías, adictos a tal o cual droga, sin mecanismos de defensa frente a un bombardeo mediático constante que ofrece como única vía legitima para alcanzar la felicidad, el consumo. Se trata por tanto de crear consumidores crónicos en el amplio sentido de la palabra.
Sin embargo aunque el Capital requiera individuos mentalmente inutilizados, necesita que éstos sean capaces de producir. Así podemos observar como con el tiempo el consumo de drogas ha variado hacia sustancias igualmente adictivas y enajenantes pero que no alteran tan drásticamente la capacidad productiva del consumidor.
De este modo podría explicarse que el consumo de heroína haya experimentado un notable descenso frente a un vertiginoso ascenso en el consumo de cocaína.
Por lo tanto, la promoción del consumo de drogas que de manera encubierta [a veces no tanto] llevan a cabo los medios de comunicación a través de series de televisión, programas de máxima audiencia, etc. no es sino uno más de los mecanismos desarrollados por el sistema, al igual que la promoción de la multiculturalidad y por ende la destrucción de toda identidad, a través de los cuales se pretende crear e imponer una nueva sociedad globalizada carente de toda espiritualidad, basada en el consumo.
1 comentario:
Sólo puedo sentir asco, vergüenza, nuestra juventud se pierde... Y lo qué más me jode que muchos de los que se llama ns también son habituales consumidores de estas basuras.
Publicar un comentario