Tras varios días de empacho mediático sobre las hazanas de Don Adolfo Suarez, héroe y hacedor de la Transacción española y convencido demócrata desde la cuna, su carrera política así lo acredita (nótese la ironía), parece haber pasado de puntillas el homenaje póstumo que la castuza agradecida le ofrece al antaño conocido como el tahur del Misisipi, al menos así le llamaba Alfonso Guerra hoy converso adolfista.
Este homenaje ha consistido en cambiar el nombre al aeropuerto de Barajas, por el de Adolfo Suarez.
De modo que por el módico precio de entre medio millón y un millón de euros (un aplauso al que hace los presupuestos) en unos días podremos disfrutar de nuestro nuevo Aeropuerto Adolfo Suarez.
¿Algún ciudadano indignado por el derroche?
No, gracias.
Quizás la explicación la encontremos en este espeluznante documento del año 1986, año en el que aun había pesetas, Julio Iglesias lo partía y todos sabían quien era sudaquilla del barrio, porque solo había uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario