Moscosos, canosos, cigarrito de antes y de después, bajas por aquí y por allá, absentismo descarado, hurto de material y bienes públicos, cursos de PhotoShop o selvicultura para carteros, tocamiento de huevos u ovarios a dos manos...
Parece exagerado pero realmente la Administración Pública está llena de parásitos blindados por un contrato vitalicio. Un porcentaje significativo de la masa funcionarial no ha oído hablar en su vida de eficacia o eficiencia, cuando estos criterios deberían ser una máxima imprescindible para mantener su puesto de trabajo.
No se trata de reducir los derechos laborales de los trabajadores, todo lo contrario, sino de exigir a los trabajadores del Estado que cumplan su función con rigor, eficacia y eficiencia y que de lo contrario reciban una patada en el culo dejando vía libre a aquellos que estén dispuestos a dar un servicio de calidad a sus compatriotas.
Por lo tanto estableciendo como criterios de evaluación para conservar un puesto de trabajo público, la eficiencia y la eficacia y acompañando estas exigencias de un salario por encima de mercado, los puestos de la administración serán copados por los mejores, aquellos que con una labor excelente demuestren su valía a la Nación.
Porque no estamos para aguantar vagos ni parásitos.
Quede claro que desde estas lineas no se pretende hacer una defensa de los recortes que el PP$OE nos está imponiendo, pues creemos que los recortes hay que hacerlos mucho mas arriba, empezando por el Campechano, siguiendo por el Senado, las 17 taifas autonómicas, afectando directamente a la casta politico-sindical, las ayudas a la Iglesia, ONGetas o Países en Desarrollo por ejemplo.
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