Octubre 13, 2009
Esta mañana he cubierto el desfile militar en Madrid para una revista de historia y cultura militar de la que soy redactor.
A diferencia del año pasado, hacía buena meteorología y han podido sobrevolar los aviones, al tiempo que tres paracaidistas han tomado tierra con banderas nacionales justamente delante de la tribuna principal.
Este año los gritos contra Zapatero han arreciado más, mucho más que otros años.
Había más público que en anteriores ediciones, y quizá más profusión de banderas nacionales.
Y los que formalmente dententan el poder en nuestra Patria, sólo formalmente porque realmente ese poder está a muchos miles de Km. de distancia de nuestro solar nacional, han infringido un ligero retraso sobre el horario previsto.
Emboscada, en el bullicio y masa que despista, y burlando el ardor que a todo patriota le infunde nuestra tradicional músíca militar patriótica, me ha sorprendido una sensación que ya me había guiñado el ojo en pasadas ediciones, que sólo se había insinuado y no le había dado cuartel la vibración de tener delante de uno a la gloriosa Legión, ó escuchar los tambores pausados de los Regulares, ó dejarse ensordecer por los carros de combate Leopardos… Pero está vez no, esta vez esa sensación ha sido letal. Sensación que conforme me iba acercando a la tribuna de prensa me iba requiriendo con vestimentas de desazón acuchilladora.
Y cual navaja trapera me ha dejado un boquete de sanguinolienta y helada orfandad. Me ha rasgado los nervios de aplomo y me ha enseñado la mueca de la Parca, de la dama de guadaña postrera y fatalista.
El vómito anímico que me iba asaltando crecía conforme el escenario se adornaba con los harapos de la miseria y de la iniquidad revestida de oropeles de autocomplacencia miserable de los hampones que se iban asentando en la tribuna de enfrente, la de autoridades.
Me ha inundado el asco el ver cómo llegaba un presidente de gobierno que ha dado el golpe de gracia del maldito Régimen de la transición terminándonos de hundir en el marasmo de esta furcia monarquía confederal.
Me ha provocado arcadas el asco de ver a los insolentes jefecillos de la llamada “oposición” expresando a gritos su complacencia mal disimulada -por muchos esfuerzos que hagan- con la otra “pata” del partido único PpSoe.
Ma ha saturado el asco al ver como llegaba una tipeja separatista y malnacida, como todo separatista, que da la casualidad que es ministra de Defensa y pisotea con sus tacones de infamia el honor de nuestro Ejército.
Me ha infundido asco el oir y ver a un público que abucheaba al “amigo de Obama” que dirige el gobierno de nuestra Nación, pero aplaudia infantiloidamente al decadente borbón que es cómplice de la zozobra de nuestra Patria.
Me ha escupido el asco de ver como cada vez más nuestras Fuerzas Armadas son menos españolas y están saturadas de extranjeros a los que España les importa un bledo y sólo se alistan al Ejército para medrar en el país al que sólo contemplan en claves economicistas, egoístas y de oportunidad laboral.
Me ha desbordado asco el ver como nuestro otrora Heróico Ejército es hoy una pieza más de la maquinaria al servicio de las estrategias de la tiranía mundialista que tiene a la OTAN como agencia de intervención.
Me ha abofeteado el asco de ver como la mayoría de los altos mandos de Nuestro Ejército se han convertido en unos arribistas de escalafón que abrevan en los sobornos que el poder dispensa para comprar a los miserables.
Me ha provocado asco ver como nuestro Ejército ya no es el de una nación soberana, sino que es sometido al servicio de las geopolíticas de la globalización que realiza invasiones de países que en nada nos atañen, y cuyos habitantes luchan contra esos ejércitos del mundialismo y entre ellos el nuestro. Lo que me hace recordar que hace dos siglos los españoles y su Ejército lucharon contra un invasor y le vencieron.
Me ha sobrevenido el asco al ver como mueren jóvenes españoles en esas invasiones a las que los mafiosos politicastros empeñan a nuestro Ejército.
Me ha producido asco el ver como esos politicastros que se sentaban delante de mi, en la tribuna principal, han denigrado a nuestro Ejército y lo han convertido en una partida de mercenarios que combaten al servicio de los intereses de la dirigencia mundialista y antinacional.
Me ha estallado el asco al pensar en nuestros soldados de todas las épocas, que estarán viendo desde sus luceros de gloria como al Ejército Español -el mejor en la historia general militar del mundo entero- indecentes criminales disfrazados de políticos lo han cubierto de infamia, decadencia, pobredumbre, servilismo y adocenamiento.
Me ha vomitado el asco comprobar que España ha caido en las manos de esa dama de la guadaña que antes me ensombrecía….
SÍ, ASCO, ASCO…. MUCHO ASCO!
Pero de vuelta a casa, en la lucha natural contra una desazón acostumbrada y por tanto domable y vencible… los colores de mi bandera me han recordado que mi alma vive en la incandescencia del fuego de saberse y sentirse español… y que España ha sido la Nación más grande jamás habida… y que el Ave Fenix es una de las más heroicas tradiciones de nuestra amada Europa… y he mirado hacia el cielo azul de Madrid, y todo mi ser ha gritado…
¡ AVE FENIX HISPANIA!
Esta mañana he cubierto el desfile militar en Madrid para una revista de historia y cultura militar de la que soy redactor.
A diferencia del año pasado, hacía buena meteorología y han podido sobrevolar los aviones, al tiempo que tres paracaidistas han tomado tierra con banderas nacionales justamente delante de la tribuna principal.
Este año los gritos contra Zapatero han arreciado más, mucho más que otros años.
Había más público que en anteriores ediciones, y quizá más profusión de banderas nacionales.
Y los que formalmente dententan el poder en nuestra Patria, sólo formalmente porque realmente ese poder está a muchos miles de Km. de distancia de nuestro solar nacional, han infringido un ligero retraso sobre el horario previsto.
Emboscada, en el bullicio y masa que despista, y burlando el ardor que a todo patriota le infunde nuestra tradicional músíca militar patriótica, me ha sorprendido una sensación que ya me había guiñado el ojo en pasadas ediciones, que sólo se había insinuado y no le había dado cuartel la vibración de tener delante de uno a la gloriosa Legión, ó escuchar los tambores pausados de los Regulares, ó dejarse ensordecer por los carros de combate Leopardos… Pero está vez no, esta vez esa sensación ha sido letal. Sensación que conforme me iba acercando a la tribuna de prensa me iba requiriendo con vestimentas de desazón acuchilladora.
Y cual navaja trapera me ha dejado un boquete de sanguinolienta y helada orfandad. Me ha rasgado los nervios de aplomo y me ha enseñado la mueca de la Parca, de la dama de guadaña postrera y fatalista.
El vómito anímico que me iba asaltando crecía conforme el escenario se adornaba con los harapos de la miseria y de la iniquidad revestida de oropeles de autocomplacencia miserable de los hampones que se iban asentando en la tribuna de enfrente, la de autoridades.
Me ha inundado el asco el ver cómo llegaba un presidente de gobierno que ha dado el golpe de gracia del maldito Régimen de la transición terminándonos de hundir en el marasmo de esta furcia monarquía confederal.
Me ha provocado arcadas el asco de ver a los insolentes jefecillos de la llamada “oposición” expresando a gritos su complacencia mal disimulada -por muchos esfuerzos que hagan- con la otra “pata” del partido único PpSoe.
Ma ha saturado el asco al ver como llegaba una tipeja separatista y malnacida, como todo separatista, que da la casualidad que es ministra de Defensa y pisotea con sus tacones de infamia el honor de nuestro Ejército.
Me ha infundido asco el oir y ver a un público que abucheaba al “amigo de Obama” que dirige el gobierno de nuestra Nación, pero aplaudia infantiloidamente al decadente borbón que es cómplice de la zozobra de nuestra Patria.
Me ha escupido el asco de ver como cada vez más nuestras Fuerzas Armadas son menos españolas y están saturadas de extranjeros a los que España les importa un bledo y sólo se alistan al Ejército para medrar en el país al que sólo contemplan en claves economicistas, egoístas y de oportunidad laboral.
Me ha desbordado asco el ver como nuestro otrora Heróico Ejército es hoy una pieza más de la maquinaria al servicio de las estrategias de la tiranía mundialista que tiene a la OTAN como agencia de intervención.
Me ha abofeteado el asco de ver como la mayoría de los altos mandos de Nuestro Ejército se han convertido en unos arribistas de escalafón que abrevan en los sobornos que el poder dispensa para comprar a los miserables.
Me ha provocado asco ver como nuestro Ejército ya no es el de una nación soberana, sino que es sometido al servicio de las geopolíticas de la globalización que realiza invasiones de países que en nada nos atañen, y cuyos habitantes luchan contra esos ejércitos del mundialismo y entre ellos el nuestro. Lo que me hace recordar que hace dos siglos los españoles y su Ejército lucharon contra un invasor y le vencieron.
Me ha sobrevenido el asco al ver como mueren jóvenes españoles en esas invasiones a las que los mafiosos politicastros empeñan a nuestro Ejército.
Me ha producido asco el ver como esos politicastros que se sentaban delante de mi, en la tribuna principal, han denigrado a nuestro Ejército y lo han convertido en una partida de mercenarios que combaten al servicio de los intereses de la dirigencia mundialista y antinacional.
Me ha estallado el asco al pensar en nuestros soldados de todas las épocas, que estarán viendo desde sus luceros de gloria como al Ejército Español -el mejor en la historia general militar del mundo entero- indecentes criminales disfrazados de políticos lo han cubierto de infamia, decadencia, pobredumbre, servilismo y adocenamiento.
Me ha vomitado el asco comprobar que España ha caido en las manos de esa dama de la guadaña que antes me ensombrecía….
SÍ, ASCO, ASCO…. MUCHO ASCO!
Pero de vuelta a casa, en la lucha natural contra una desazón acostumbrada y por tanto domable y vencible… los colores de mi bandera me han recordado que mi alma vive en la incandescencia del fuego de saberse y sentirse español… y que España ha sido la Nación más grande jamás habida… y que el Ave Fenix es una de las más heroicas tradiciones de nuestra amada Europa… y he mirado hacia el cielo azul de Madrid, y todo mi ser ha gritado…
¡ AVE FENIX HISPANIA!
Fuente: foro de E2000 Patriota madrileño
Extraido de: Patriotas.es
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